Sobre el corazón cuántico. Conspiraciones en la ciencia.

Sobre el corazón cuántico 

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https://consejosdelconejo.com/2018/07/27/cientificos-revelan-que-el-corazon-humano-posee-una-mente-cuantica/amp/?fbclid=IwAR1bXMPNE4tK9jpu8uOFLME86aJXAvns_7YmVCGgya1uAyrdeUHWp2O9w98

El tono general del artículo es interesante pero las extrapolaciones que hace el autor muestran porque es tan difícil la convivencia entre la ciencia y la iluminación. Inmediatamente se recurre a conspiraciones, a contubernios y oscuros intereses. Es posible que los haya, pero no son necesarios.

Lo que el autor dice acerca de Ilya Prigogine (uno de mis científicos más admirados), y de Roger Penrose (posiblemente el matemático vivo más influyente y coautor con Hawking de diversos trabajos y teorías) es cierto, lo que no es cierta es su interpretación. 

Tanto Prigogine como Penrose son científicos reconocidos, que trabajan según el método científico y cuyos trabajos son aceptados porque se adecuan a dicho método. También hacen especulación, naturalmente, en la creatividad hay una parte enorme y esencial de especulación, pero ellos distinguen bien, y lo señalan, entre lo especulativo y lo científico. Entendamos que la ciencia no es una manera de pensar, es una manera de trabajar y evaluar. Un trabajo es científico, porque se adecua a un método de trabajo llamado método científico, no porque lo haga fulano o mengano. Y estos mismos pueden publicar trabajos que no se adecuen al método.

Que existen cuestiones a las que la ciencia no puede responder es tan sencillo como decir que hay hechos que por su propia naturaleza no pueden ser estudiados según un método determinado. Por ejemplo, todos aquellos que son impredecibles o esencialmente irrepetibles: sueños, sensaciones, cadenas circunstanciales (las mismas nubes y pájaros en el mismo momento del día y en distintos días)... Los vivimos, los experimentamos, pero no podemos repetirlos y estudiarlos hasta dar con una explicación demostrable. Nadie puede negar que existen, pero carecemos de la explicación de sus causas. Esto no demuestra que la ciencia los niegue, ni hay conspiración silenciadora, simplemente no han pasado por una verificación científica.

La existencia de redes neuronales en diversos órganos del cuerpo es conocida hace tiempo, la existencia de la anticipación en lo que vamos a hacer o decidir ha sido muy recientemente puesta de manifiesto, incluso la existencia de la conciencia (o alma) vinculada a los micro túbulos es una teoría relativamente antigua (de mediados de los 90, por Penrose y Cricks, codescubridor del ADN). 

A mí, personalmente, me fascinan por todo lo que implican, y por todo lo que expanden el ámbito de la ciencia, que aunque no lo parezca ha entrado hace ya casi un siglo en una zona nueva, la de la posibilidad frente a la anterior certeza. 

Los trabajos y teorías desarrolladas desde los años 20 del siglo XX han supuesto un cambio impresionante en la ciencia: las teorías de la relatividad general y especial (Einstein), las teorías cuánticas (Bhor, Born, Feynman, etc..), el principio de incertidumbre (Heisenberg), teoremas de incompletitud (Gödel), trabajos iniciales de Lorentz (Caos), estructuras disipativas (Prigogine), etc, han situado a la ciencia en una frontera en la que tiene que salir del laboratorio y la certeza para hacer frente a la realidad, y la realidad incorpora el caos y la incertidumbre en su propia matriz. 

No hace falta recurrir a la conspiración. Por el contrario, la cantidad de conocimiento y tiempo que necesitamos para hallar cierta coherencia entre fenómenos, es desalentadora pero no veo otro camino. Llegar a ser un maestro zen, o lamaico, o alcanzar un estado de sabiduría lleva mucho tiempo. Por más que queramos simplificar teorías y conocimientos no podemos sino alisarlos tanto que ya no son conocimientos sino bobadas.

Sin trabajo personal no hay comprensión de la complejidad y la vida es complejidad. El estudio, la reflexión, el debate y, sobre todo, el estado emocional que proporciona el amor, son la base para evolucionar. Y si no lo crees, no te van a faltar bobos que te entretengan. 

Suerte en tu búsqueda.

Javier Navarro

En Sevilla, a 16 de Agosto de 2018